A veces creo que todo acto humano es egoista, hasta el más soidario. Pienso que toda buena acción en el fondo se ejecuta para obtener esa suave estela de satisfación que nos brinda el haber ayudado.
Sì, quizás sólo yo,o unos cuantos más seamos los desafortunados poseedores de dicho motor propulsor, pero en estos casos quizas sì el fin justifique los medios, o por lo menos los impulsos.
Si llega a destino eso que tanto se necesita (y mientras nosotros observemos el recorrido interno de nuestra autorecompensa) creo que estaremos a mano.
No es dar, es intercambiar. Y si dos personas,estando tan lejos, ganan un momento de felicidad (que de esto,supongo, se trata ésta ultima,de acumular buenos instantes) creo que todo vale la pena.
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